viernes, 25 de septiembre de 2015

Demonios. Vacío. Sombra. Depresión.

Para los demás no es nada serio, es algo que tiene solución, y quizá sea cierto. Que si no salimos de ahí es porque no hacemos nada, dicen. Sí, intenta tú moverte con tanto peso encima. No, no es peso, ¿o sí? Son demonios, buitres, sombras, sombra, vacío. Lo que sea, tiene muchos nombres, pero todo es lo mismo: te chupa las ganas, se come tus fuerzas, aminora tu voluntad, te quita el brillo de los ojos, succiona tu vida. Y dime, dime tú que sabes tanto, que tan fuerte te crees, ¿cómo afrontas la vida sin ganas? ¿Cómo sigues adelante sin sonrisa?
Pero claro, todo esto es una exageración, estamos así porque queremos, porque no hacemos nada, porque preferimos autocompadecernos, o eso dices tú, que tanto sabes.
Podemos andar, no debe ser tan grave; podemos comer, estamos exagerando; podemos reír, a veces, eso es porque no estamos tan mal; seguimos respirando, entonces no es para tanto. Es por esto por lo que cualquiera puede ser víctima sin saberlo, invisible, una víctima de tantas silenciosas. Claro, nuestro cuerpo está bien, lo tiene todo y cumple sus funciones a la perfección, es nuestra alma la que está rota, pero claro, eso no se ve, eso no es serio, sólo exageramos.
Nos levantamos por inercia, los que tenemos la suerte de poder; sonreímos por inercia, porque ciertas situaciones sociales lo requieren; hacemos nuestra vida como mejor podemos, unos mejor que otros, pero todos con algo en común: sin gracia, sin ilusión, sin vida, sin amor. Porque ya no tenemos, se nos ha gastado, o nuestros monstruos se los han llevado, lo que sea. Pero claro, no es grave, ¿verdad? Hasta que uno cae, y no soporta más la vida sin chispa, sin emoción, y muere, porque se ahorca, o se corta, o se hincha a pastillas, qué más da cómo lo haga, por más que vosotros camufléis y os preguntéis 'Oh, pero cómo era posible, si estaba bien', por más que os asombréis, la cosa es que ha pasado, y se ha suicidado y ahora veis la gravedad del asunto, cuando no podéis hacer nada, y seguís sin saber el motivo, porque no lo entendéis, pero yo os lo diré: le faltaba amor, ilusión, ganas, fuerzas y voluntad, porque su Demonio, su Sombra, su Buitre, se hizo enorme y se las gastó todas, y vosotros ni supisteis ni quisisteis verlo. Y tal vez no habría tenido ese trágico final si tan solo no hubiese estado solo. Porque esa es otra verdad tan contundente como la otra: no podéis hacer nada; sí, así de bestia, por más que queráis, no hay nada que podáis hacer, pero sí podéis acompañarlo, a veces, eso nos salva.
Y escucho críticas bastante fuertes con respecto a esto, gente que vive feliz en su ignoracia, críticas como: ''sería un cobarde que no sabría cómo solucionar sus problemas'', ''matarse porque tienes un problema es una gilipollez''. Pero, oh, señores felices del mundo perfecto, os invito un sólo día a que os atreváis a vivir como nosotros, bueno... Existir, porque esto no es vida, no se lo puede llamar así, pero vosotros me entendéis: vestiros sin ganas, salid a la calle con la mirada fija en el suelo y los ojos vacíos, sonreíd cansados, notad como vuestro lenguaje corporal cambia por completo, intentando de alguna manera y sin éxito, expresar lo que vuestra alma grita sin voz. Vamos, vivid un solo día con las ganas rotas, sin emociones ni sentimientos buenos, vivid un día con nuestros Demonios, y entonces, si seguís diciendo que es una tontería y estamos así porque queremos, puede que empiece a creeros. Hasta entonces, mis queridos ignorantes, seguiré dándole la importancia que a mí me plazca a mis Demonios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario