sábado, 23 de enero de 2016

Ékaro.

Nunca me he considerado alguien que se fíe de los diarios, pero soy consciente de que abrirse a un trozo de papel es a veces la mejor manera de mantener la cordura. Y aquí estoy, como una idiota intentando introducir de alguna manera mi discurso, como si no fueras un papel, como si tuviera que prepararte antes para hacerte comprender, o como si me importara que lo que escribo aquí se vea inentendible.
Empiezo a tener miedo. Me inquieta todo a mi alrededor, y no hablo de lo que vivo diariamente, no, supongo que si reducimos tanto la visión todo está genial, tengo nuevos amigos que me importan, hace tiempo que las miradas racistas por ser maga se han ido menguando, siendo reemplazadas por miradas más cómplices y amables; no, con mi alrededor no me refiero a aquí dentro, me refiero a lo que sé que está pasando y aún no puedo evitar, la impotencia me atraganta por momentos, ser consciente de que tanto odio va a evitar la unión que nuestro mundo necesita para ser salvado... Y no poder hacer más que inquietarme ante la idea, o desear no vivir para verlo. Recuerdo que hace un par de meses Markus me preguntó a qué le temía, mi respuesta fue a nada. JÁ. No lo pensé bien, eso desde luego.
Aunque suene egoísta todo ese miedo no es nada comparado con el vacío que estoy volviendo a sentir, no, Eko, no estás recayendo, tranquila, no es ese vacío. Pero joder, pica exactamente igual. No tengo manera de saber cómo está Dan, ni si quiera sé si está vivo con toda esta locura que está pasando, cómo cada puta noche entro en placebo, con la esperanza de ver a alguien conectado. Nada. Cero. Ni Cécil, ni Adri, ni Janael, ni Tín, ni Dan. Nadie. Y esta maldita incertidumbre me está calando hondo, ¿qué mierda ha sido de ellos? ¿Por qué no se conectan? Me parece tan ilógico que al menos Tín y Dan no lo hayan intentado que no puedo evitar ponerme en lo peor, ni si quiera responden a mensajes, desde el día de la trampa es como si hubieran desaparecido. Apenas puedo controlar el nudo en la garganta que se me forma casi a cada momento cuando mi cabeza une a todos en el mismo castillo. Un castillo que seguramente los cazadores ya habrán calado, un castillo donde están la mayoría de las personas que me importan, donde está Dan, lleno de criaturas sobrenaturales y magos, un perfecto blanco donde atacar, le daría tanto sentido a porqué no sé nada de ellos...
''No le cojas cariño a la gente Eko, que acabas mal'' Joder, cuánta puta razón.
La última vez que vi a los magos fue en el ataque a los novatos... Vi a Pat, fue todo un alivio saber al menos algo de él, verlo, aunque fuera a través de un tono sepia.
Voy a tener que dejar de frecuentar la sala de orgías, voy a acabar dependiendo de nuevo del sexo para llenar este vacío, y no quiero volver a ser una ninfómana, pero es tan reconfortante no sentir toda esta carga por un rato... Decidido Eko, te calmas unas semanicas y no vas, que luego pasa lo que pasa. Además, cuando vuelva me pillarán con más ganas... Como si eso me importara algo...
Cada mañana tras fracasar una vez más en placebo me digo que no voy a poder más con esta incertidumbre, pero mira tú, va Eko, la muy puta y puede. A veces da asco poder con todo.
Es patético, mi mundo está en peligro, y es la única cosa a la que al parecer temo, pero oye, que es más importante tu autocompasión, claro que sí. Lo que hacen los lazos... A veces me pregunto si hay alguien lo suficientemente observador como para darse cuenta de que todo este tiempo he estado y estoy mal, supongo que entre polvos, sonrisas y bromas no se nota.
La poca calidez que cala en mí, la que me regalan ellos de vez en cuando, me reconforta, pero apenas dura, cuando se van vuelvo a estar sola con este miedo, este vacío y esta cabecita mía que no hace otra cosa que darle vueltas a todo.
Pero me queda el enorme y sólido consuelo de que mi padre está bien, está a salvo, lejos de toda esta mierda que pudiera salpicarle, y es por él por lo que no puedo quedarme quieta, por lo que debo luchar por este mundo que tanto amamos él y yo; pero no tengo información, no tengo nada, nadie me dice apenas nada, no sé dónde buscar, ni cómo empezar, ni si quiera tengo mi magia, creo que nunca me he sentido tan impotente, siento que todo este tiempo perdido sin desarrollar mi magia me aleja de mi propósito. No se me olvidará nunca la cara de ese mago turista que vino a observar nuestro mundo, curiosa como quien observa una casa antes de comprarla, ''observo esto antes de que lo colonicemos''; antes mato todo rastro de magia de este mundo, a mí incluída. Los huevos. Este mundo es nuestro y ningún ''Cristobal Colón'' va a venir aquí a descubrir nuestra América. No puedo procesar la sola idea de ello, no quiero.
Me pregunto si no estoy sacando todo esto de quicio, pero no, estos sentimientos son normales, y son míos, no sé si por suerte o por desgracia, estoy más cuerda que nunca.
Es gracioso, porque no sé si quiera si este diario voy a continuarlo o no, pero de ser así, si es que alguien lee esto en un futuro, va a ser gracioso la de ''saltos temporales'' que va a haber y no va a comprender. Pues te jodes, señor/a anónimo/a, por leer lo que no es tuyo. Bueno, a pastar, que es tarde.