viernes, 30 de septiembre de 2011

K2

Hace dos años que nos conocemos y has dejado más mella en mí que personas que conozco desde tan sólo meses de nacer. Por mi vida ha pasado gente dejando, por así decirlo, cada uno una marquita en mí, unos para bien y otros para crear una parte bipolar en mí denominada ''Kera'' que tanto admiro y odio a la vez. Todas ellas han sido, en su mayoría, fugaces, y si no lo fueron, o acabaron olvidándose de mi amistad o aunque sigan aquí la amistad no es ni de coña, fuerte.
Contigo cambiaron muchísimas cosas de mi vida, en mí siempre hubo una parte reprimida, una parte que sólo mostraba estando sola o en mis dibujos, mi imaginación, las miles de historias que en mi cabeza rondan y rondarán siempre. Contigo, pude sacar esa parte reprimida de mí, porque tú eras, al menos en ese sentido absolutamente igual que yo, tenías la cabeza llena de pájaros y unas cuantas historias que mezclaban alas, cuervos, oscuridad y amistad. A tu lado saqué una parte de mí que creía que no sacaría, en mi imaginación, yo siempre quise ser una chica diferente, el concepto de chica que ahora soy gracias a ti. Tu estuviste a mi lado, aguantaste a Kera, y no sólo eso, me ayudaste a encerrarla de nuevo, te costó pero conseguiste derrumbar esa barrera que creé para protegerme, quizá me confié pensando que no lo conseguirías, que no eras tan importante para mí, pero precisamente, por ese desliz de Kera, acabaste siendo una de las tres persona que hoy día son más importantes para mí que mi propia vida, me di cuenta de ello la primera vez que dijiste que te irías a Inglaterra a vivir. Me rompí, en ese momento no podía imaginar ni queriendo un mundo si las historias que creábamos, sin Kuu, sin Kadia, sin L, sin B, sin Yomi... en fin, sin ti.
Con esto quiero decirte que te has ganado una verdadera amiga para toda la vida de ésta, pase lo que pase, porque eres eras hermana que nunca tuve y siempre quise y que para lo que sea puedes contar conmigo, que iré al fin del mundo si me lo pides, porque me has demostrado ser mi amiga, y yo espero poder demostrártelo a ti algún día, Kirsty Sierra Risco, sinceramente, no quiero que te vayas, pero he aprendido que no he de ser tan egoísta, que tu madre lo necesita, y yo tendré, al igual que Gee, que dejarte marchar, espero que no me olvides, pues yo no lo haré, sé que me pongo muy dramática, sabes cómo soy, pero espero que estas palabras no las olvides, hermana, porque no salen de mis manos, sino de mi alma e incluso de la mismísima Kera.
Gracias por convertirme en cierto modo en lo que soy ahora, y sobre todo, gracias, gracias, gracias por cruzarte en mi vida, desde aquella primera frase que me dirigiste: te la dejo.
Te quiero, hermana.




Atte: Kadia,,*

martes, 27 de septiembre de 2011

Te pasas toda la vida intentando ser perfecto,controlando no criticar a nadie, ayudar cuando lo necesiten, y no ser demasiado injusto, pero siempre hay persona que te decepcionan, que después de intentar sacar todo lo bueno de ti, aún así te decepcionan, no sabes cómo lo haces pero siempre acaban sacándote esos fallos que tú intentas no mostrar, controlar, que intentas retener para no ser el concepto de una mala persona, pero acaba siempre igual, por eso voy a dejar de intentar ser perfecta, si mi impulso me dice criticar a alguien, lo haré sin dudarlo, pues esa misma persona no supo valorar mis esfuerzos, si quiero ser egoísta lo seré con razón con esas personas que tanto me han decepcionado, me acusaron sin conocerme, bien, me van a conocer, conocerán la parte más ancestral del ser humano, la animal, conocerán lo más malo de mí, y a partir de ahí que hablen con razón.


Atte:    Qiuu,,*

domingo, 18 de septiembre de 2011

El mundo siempre será mío, siempre y cuando estés conmigo, te amo gatito! :)

Paranoia A, 2ª parte.

Una fuerte ráfaga de viento golpea mi cuerpo, las hojas secas se elevan junto a él, tengo que cerrar mis ojos, el aire me impide ver y podría entrarme algo en ellos. La pequeña tormenta cesa, quito las manos de mi rostro, algo aturdida, mis ojos alcanzan a ver una sombra del tamaño de una persona, la sombre misteriosa se acerca a mí, al fin los pequeños rayos que llegan a este extraño lugar pueden posarse ante la extraña figura, descubriendo así sus perfectas facciones y perfecto cuerpo. Es una mujer que rondará los treinta años, su piel es muy blanca, más que la mía, da la sensación de ser de porcelana, su mirada es serena, de ojos azules luminosos muy, muy claros y su pelo, más largo que el mío, rozando levemente el suelo es de color blanco, blanco puro con destellos azul celeste, su vestido es muy sencillo, apenas una finísima tela ceñida a su cuerpo llegando al suelo, es de color blanco y al igual que su pelo desprende algún destello azul celeste. La mujer avanza y se detiene justo delante mía, su belleza me hipnotiza, y aunque su mirada es más controlada, ella parece mirarme de la misma manera.
-Zhaenil- su voz es preciosa, armoniosa, y muy suave.
Su rostro parece mirarme apenado.
-Zhaenil- repite alzando la mano hacia mi rostro, dándome una suave caricia.
Sus dedos son muy suaves, quizá demasiado, su piel es muy fría, pero está muy lejos de ser gélida y heladora.
Su mano se retira de mi rostro, el viento vuelve a alzarse violento, esta vez intento mantenerme donde estoy y divisar algo, mis ojos logran ver cómo la mujer se aleja impasible a la ventisca, el viento, el polvo y las hojas que viajan en él, la cubren haciéndola cada vez menos visible.
-Zhaenil, no lo olvides, ese es tu nombre- su voz suena en el viento, clara, fuerte y armoniosa como ella sola.
¿Quién es ella? ¿Es ese mi nombre? ¿Cómo lo sabe?
-¡Espera! ¡Note vayas!- mi voz suena ronca, debo de llevar mucho sin hablar.
Intento abrirme paso entre el aire violento, pero una fuerte ráfaga me empuja hacia atrás, haciendo caer a mi cuerpo a tres metros de distancia, justo detrás de la charca.
-Espera...- esta vez mi voz se acalla en un susurro muy lejos de parecer una llamada desesperada.
Aturdida, puedo ver cómo se relaja el viento, quedando completamente en calma, como había estado antes, mis ojos buscan a la extraña dama, pero no hay nadie, ni nada. Confundida y en estado de shock, mi cuerpo se tambalea para caer sobre las hojas y hongos del suelo, y no consigo ver y oír nada más.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Dedicado a personas que tras un desengaño, se convierten en fríos monstruos sin compasión.

Hay gritos emergentes en la lejanía, pero no son gritos que se puedan oír con el simple sentido del oído, ¿acaso te resultan familiares? ¿Habías olvidado ya su lamento que ahora te sorprendes? ¿No lo recuerdas?
Hace mucho tiempo lo dejaste atrás ¿te corroe ahora la conciencia? Lo encerraste en un irrompible prisión rodeado a lo que le hace sufrir, una prisión de odio, ira, dolor, tristeza, frustración, culpabilidad y angustia, mucha angustia. ¿Sigues sin acordarte querido amigo? Lo atravesaste con tu espada de indiferencia y olvido y yace moribundo desde entonces, pero, ¿aún de verdad no sabes de quién te hablo? Te daré una pista, tu alma se fue con él para siempre, convirtiéndote a ti en un monstruo, huyó de ti, asustada, ¿o quizá también la echaste tú?
Ahora, querido necio, buscas con desesperación tu alma en un desesperado intento por sentir algo más que venganza, ¿hacia quién? ¿Tenías de verdad algún motivo? ¿Por una sola persona te dejaste convertir en esto?
Ahora te das cuenta de tu error y vagas sin rumbo hacia aquel bulto moribundo que dejaste atrás esperando sádicamente su muerte, es tu corazón, sí, cada vez le cuesta más latir, pero lo hace, y lo hace por ti, por mucho dolor que le hayas causado te sigue siendo fiel, pero ¿por qué has sido tan ciego?
Tras vagar por inmensos desierto de soledad y vastos campos de amargura y descomposición, lo encuentras, en un rincón con hedor a muerte, sufriendo, tal y como lo dejaste la última vez.
-Siempre te fui fiel y siempre lo seré, pero tus actos harán que no vuelva a ser igual.
La voz de tu corazón suena apagada, un susurro, casi un suspiro que presagia la muerte de un último aliento, ¿sus palabras te conmueven?
Una lágrima cae por tu mejilla, la primera lágrima externa que sale desde hace mucho tiempo atrás. Recuperaste tu corazón, pero perdiste tu alma a causa de tu inmadurez y tu estúpida coraza y disfraces de miles de identidades que no te pertenecen, has perdido mucho por sólo un desengaño.
Querido necio, no volverás a tener lo que ahora deseas con tanta ansia, y aceptándolo al fin, te sumes de nuevo en un sueño para no despertar, y de nuevo otra identidad, otro monstruo domina tu cuerpo.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Primera entrada. Primer paso.

Paranoia  A.
No recuerdo qué hago aquí, no recuerdo quién soy o quién he sido alguna vez, tampoco sé exactamente dónde me encuentro. El hedor a descomposición alcanza mi olfato de manera muy irritante. A unos metros de mí hay una pequeña charca de agua estancada, el olor que desprende no es que me agrade demasiado pero me acerco a observarla, al levantarme los músculos abarrotados de mi cuerpo protestan, ¿cuánto tiempo he permanecido inconsciente en este lugar?
Al llegar a duras penas a la charca observo con curiosidad el rostro y el cuerpo que me enseña, la charca me muestra la imagen de una mujer de veinte años a los sumo, su pelo cae lacio ocultando sus senos hasta la cintura, es de un color negro intenso, tan negro como este lugar. No puedo ver bien el color de sus ojos pero su mirada parece observarme tan sorprendida como yo misma, el agua permanece quita sin movimiento alguno por lo que puedo ver con total claridad el esbelto cuerpo de esa mujer tan misteriosa. Decido agacharme en cuclillas para acariciar el agua y observar más de cerca a esa extraña mujer, la imagen del agua imita mi movimiento, alargando el brazo en la misma dirección que yo, mis dedos rozan el agua traspasando la imagen de la mujer, el agua al contacto con mis dedos se vuelve clara y limpia, completamente transparente, ¿pero qué demonios ocurre? Algo asustada por el repentino cambio me echo hacia atrás, la imagen vuelve a imitar mi movimiento, ahora lo entiendo, ella soy yo. Extrañada alzo mis manos para mirarlas claramente mi piel es muy blanca y pálida, y mis uñas largas y completamente blancas, en un intento de comprobar una vez más lo evidente, me llevo la mano al pelo, comprobando que es de igual color que el de la imagen que sigue imitando mis movimientos. apenas un camisón fino cubre mi cuerpo, pegado a éste a causa de la humedad.
¿Quién demonios soy?