martes, 11 de febrero de 2014

Decisiones.

En noches como estas me da por darle al coco, ¿cómo habría sido mi vida si hubiera elegido otros caminos? ¿Habría sido feliz de haberme cambiado de instituto? No habría conocido a la estúpida inglesa con la que vivo, quizá me la habría cruzado por la calle, y con lo despistada que soy a veces, igual me habría tropezado con ella, y nos habríamos mirado, y le habría pedido perdón, y hubiéramos seguido nuestros caminos, y no habríamos sabido cuánto compartimos, ni yo habría descubierto cómo de precioso puede ser un cielo, o el significado que puede tener la luna, ni ella habría cambiado a como es ahora. Y dios, si no hubiera sufrido tanto en el pasado, no sería ni la mitad de lo que soy ahora, quizá sería una de esas chonis sin cerebro ninguno, una completa idiota, esa clase de personas que tanta rabia me dan. Si no hubiera salido con mi primera novia, nunca habría dejado salir el más ligero atisbo de mi bisexualidad, y quizá habría acabado saliendo con ese chico tan guapo, y seguiría sin ser yo. Si hubiera tenido más coraje en el pasado de hablar las cosas ,igual seguiríamos juntas, e igual el sexo seguiría siendo un tema tabú para mí, e igual viviría con ella, e igual habría tenido una familia al fin, pero... no sería yo. Si aquel día no hubiera visto ese vídeo de My Chemical Romance que tanto me motiva, no habría asistido a esa primera partida de rol, y no habría conocido a esa estúpida rata, y no habría traicionado tantos principios, e igual seguiría con aquel chico, e igual habría sido una vida perfecta, pero joder, seguiría sin ser yo.
En noches como esta, me enorgullezco de haber escogido los caminos que escogí, en noches como esta adoro la historia que he ido escribiendo a lo largo de acertadas, inacertadas, imprudentes y prudentes decisiones. Y joder, es en noches como estas que miro atrás y sonrío, porque a mi edad, pocos pueden decir que han vivido tan intensamente como yo lo he hecho, aunque me ha
ya pasado factura, para bien o para mal, solo espero, que en noches como esta siga pudiendo mirar atrás con una sonrisa, llena de malas y buenas decisiones, pero que todas hayan merecido la pena a su manera.
Mi querido cuervo, eres mi decisión más sincera, la más tímida, y espero, de las más duraderas.
Mi imbécil y querida rata, eres la peor de mis decisiones, pero, joder, eres la más acertada.

Atte:. Kadia López Sánchez