miércoles, 23 de abril de 2014

No voy a mentir.

No voy a decir lo que llevo pasando toda mi adolescencia diciendo, no, ya no voy a creer más en esos siempres que siempre acaban, no voy a prometerte que nunca te dejaré, no voy a prometerte que no dejaré de amarte, ni voy a prometerte que serás el último, porque eso he hecho siempre, y los dejé, o me dejaron, y dejé de amarlos, y desde luego, no fueron los últimos. Pero sí puedo decirte, aunque no pueda prometerte que estaremos juntos toda la vida, que aunque no pueda prometerte que nunca dejaría de amarte, que el pasado está muerto, el futuro cambia constantemente, pero el presente es nuestro, y sí voy a decirte que pienso vivir mi día a día contigo, como nunca lo he vivido con nadie, no voy a decirte que esto no va a acabar nunca, pero sí voy a decirte que lucharé hasta que ya no haya nada por lo que luchar, no voy a decirte que seas el más guapo del mundo, ni el que más me atrae, pero sí voy a decirte que sólo tu mirada puede desarmarme, hacerme sentir vulnerable, excitarme hasta un extremo que podría considerarse insano, no voy a decirte que nunca estuve en otros brazos, y que no disfruté de ello, pero sí te diré que nadie más me ha abrazado nunca como tú lo haces, no voy a decirte que no encuentre placer en otras camas, en otros labios, pero Dios... sí puedo decirte que nadie puede cumplir mis fantasías como las cumples tú, y no te diré que serás el único en mi cama, pero sí diré que en este corazón al que le cuesta latir, sólo hay sitio para ti, y no te diré que levantaré siempre mi muralla y lucharé contra mi orgullo, pero sí voy a decirte que eres el único por el que a veces lo intento. No voy a llenar esta relación de mentiras y cuentos de hadas, de sueños perfectos cumplidos, ni de mensajes de amor de madrugada, no soy tuya, ni tú eres mío, porque ninguno de los dos necesita poseer al otro para amarlo como se merece.

13.33

Atte:. Kadia

domingo, 20 de abril de 2014

Tan cierto como una de esas promesas silenciosas que tan sólo el viento oye, y tan doloroso, como una daga oxidada que comenzó a desgarrar poco a poco mi alma. Así me sentí, como si cada lágrima fuera mía, como si cada aullido se aferrara a mi piel, pude sentirlo, el dolor, de esos reprimidos mucho tiempo, de esos que te matan con su contundencia, era de esos, como muchos otros, y al mismo tiempo, diferente a los demás. De los que te ahogan la voz y apenas puedes respirar, de los que te paralizan y te dejan indefensos, de los que destrozan y se llevan todo lo que te queda en ese momento, dejándote vacío, con recuerdos impregnados en ese dolor venenoso. Nunca había visto a nadie tan destrozado, nunca había visto a nadie mueriendo por dentro, era uno de esos dolores tan grandes que no podías sentirlo solo, de los que se extendía sin freno a todo aquel que pudiera estar presente u oír el lamento, daba la sensación de que de no haber nadie más, de haber estado sólo, pudiera haber muerto ahí mismo, sin más.
No volveré a dejar a nadie caer así, no dejaré que nadie vuelva a derrumbarse de esa manera delante de mis ojos, nunca. Espero poder ser una buena compañera, una buena amiga, espero poder ser un buen apoyo, haré lo que sea por no ver a nadie más así, y menos tú.

Atte:. Bryony.