Perdida, así me siento, desorientada, sin saber el porqué me encuentro
en este lugar, ni cuál es mi misión, y... empiezo a admitir que no sé
quién soy yo.
Me miro al espejo y siento como si el reflejo que me devuelve fuera el de otra persona, esa no soy yo.
Camino por las calles sin un rumbo, siempre esperando una señal,
esperando que los demás... siempre los demás, ¿es que no sé hacer nada
por mí misma?
A veces me quedo largo rato pensando en qué va a ser mí, que así por la
vida no puedo ir, conozco a tanta gente, sé muy bien cómo son la
mayoría, pero muy pocos me conocen a mí verdaderamente, dicen que soy
muy abierta, porque se me da muy bien relacionarme con los demás, que
soy muy simpática y que vivo sin preocupaciones, quisiera gritarles desde
este lado de mi oscuridad que eso no es verdad.
¿Estoy tan perdida que no tengo solución? ¿Tan enferma que no encuentran salvación?
Es más fácil vivir
así, rendirse, simplemente no sentir nada, mandarlo todo a tomar por
culo e ignorar todos los problemas, dejárselo todo al destino.
Quiero abrir esa puerta y salir corriendo de aquí, agotar mis energías, o
encontrar un lugar donde pueda gritar con todas mis fuerzas sin que
nadie oiga mis lamentos, porque no quiero recibir ningún tipo de ayuda.
No sé cuándo encontraré la salida, ni quién me ayudará en este camino, o si tendré que hacerlo sola.
El miedo es un sentimiento muy común en la gente, en realidad es uno de
los pocos sentimientos que nunca fallan, miedo, fiel y leal a todos,
cubriéndonos con su fría capa, haciéndonos inseguros, por miedo, se
pierden cosas, por miedo, las cosas cambian, el miedo nos moldea a su
antojo...
Y yo tengo miedo, como tantas otras veces, miedo de mí misma, de lo que
pueda llegar a convertirme en cuestión de semanas, miedo de perder del
todo a las personas que me importan por culpa de ello.
Me arrancaré las alas si hace falta, antes de volver a devastar una ciudad por pura autocompasión, soy... un monstruo.
Atte: KFF
No hay comentarios:
Publicar un comentario