Camino sola, hace frío y yo en tirantes, el ambiente huele a humedad, parece que va a llover.
Soy libre, pero me siento atada a algo o alguien o qué sé yo, me he
quedado hueca, sin sentimientos, y me lo he gobernado yo solita.
Me quedo quieta, sin hacer nada, como siempre, sólo miro a la gente
pasar, esperando que entre toda la multitud haya alguien que se acerque,
me levante y me rescate. Pero sé
que eso no pasará, yo misma clavé esa espada que mató mi corazón, yo
misma me he encargado de que no vuelva a latir.
Lo he roto, atropellado, pisoteado, tirado a todos los abismos
existentes sobre la faz de la tierra, le he clavado más de mil
puñaladas, y aún seguía latiendo fielmente, conseguí esa espada que podría
matarlo al fin, vacilante, lo atravesé con ella y al fin dejó de latir,
lo guardé bajo mil llaves de candado y treinta cadenas, finalmente lo
congelé, y lo encerré sin piedad en un monstruo, en una falsa identidad.
¿Existirá alguien que pueda derrotar a este monstruo? ¿Alguien con el
suficiente fuego en su interior para derretir este hielo? Alguien capaz
de buscar las mil llaves y romper las treinta cadenas, alguien con la
suficiente fuerza como para sacar esa espada que retiene sus latidos, y
finalmente curar todos los destrozos que le he hecho... no, no existe
nadie así.
Atte:. Ercesmes.
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