Ayer la vi otra vez y me encerró en sus ojos tristes, me vi ahogado de
nuevo en la belleza de su dolor. Susurra el viento su nombre, Étreum, en
mis pensamientos, cada noche me atrapa en su sueño y quedo encandilado
por la belleza de tal criatura, me dejo hipnotizar por los pliegues de
su largo vestido, aquellos que cuelgan de las perfectas curvas de su
cintura, no sé quién es, ni tan si quiera de dónde viene, solamente su
nombre sé, un nombre que he llegado a amar y odiar tanto como
la vida misma. La odio, la odio cuando me mira y me invita a poseerla,
la odio porque sé que cuantas noches la posea, jamás será mía y cada día
me repito que no volveré a hacerlo para cada noche sucumbir de nuevo a
su deseo, y sin fuerzas una vez más, me dejo convencer por la dulce voz
de la muerte. Ella quiere mi alma, y en la oscuridad busco sin querer
su aliento, cada noche me baño en sus caricias, me pierdo entre su pelo y me
acurruco en su pecho para al llegar el día verme en la más absoluta
soledad. Una noche más y mi alma será suya para siempre.
Atte:. Una víctima que no quiere ser salvada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario